CADA VEZ QUE TOCAMOS EL TEMA, HAY GENTE QUE SE ENOJA. OLVÍDENSE DE ESO NOS DICEN
Pasado y Presente en la Esclavitud Africana
Por Trinidad Tuttolomondo
Introducción
La
esclavitud es una forma de sometimiento del hombre por el hombre que se
practicó desde la antigüedad y para vergüenza del hombre, continúa en
nuestros días bajo formas diversas.
En
África, como en otros continentes, la esclavitud no era desconocida antes de
la llegada de los europeos. A diferencia de Grecia antigua, por ejemplo,
donde el esclavo era asimilado a la categoría de "cosa", en este
continente el esclavo poseía derechos cívicos y derechos de propiedad,
existiendo además, múltiples procedimientos de emancipación. Se distinguía
generalmente entre esclavos de casa y esclavos de guerra, aunque estos
últimos terminaban por formar parte de la primera categoría después de cierto
tiempo. En general, en África, el esclavo se integraba rápidamente en la
familia que lo poseía. En Kongo, por ejemplo, un padre de familia llamaba a
su esclavo mwana (el hijo, el niño). En otros lugares de África, la situación
no era tan favorable, pero la estructura patriarcal y comunitaria impedía que
el esclavo negro fuese un bien en el sentido griego del término. Por otro
lado, existían étnias en las que el esclavo era desconocido, como entre los
fang de África ecuatorial.[i]
Los
europeos produjeron un giro en la historia de la esclavitud de África,
exportaron esclavos en cantidades alarmantes a regiones desconocidas para los
africanos y modificaron la concepción de esclavitud asimilando directamente
esclavo = cosa, con todo lo que esta caracterización implica para la vida del
hombre.
El
descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón en 1492 y la posterior
ocupación de este continente por parte de los europeos va a repercutir a
partir del Siglo XVI en otra región del planeta: el continente africano. La
causa de este hecho radica en que la conquista de América, con todas las
riquezas naturales y perspectivas de desarrollo que ofreció a sus
conquistadores, requería de la complementación indispensable de mano de obra
para la apropiación de tales riquezas y la obtención de ventajas en la
explotación económica de tan vastas zonas. Va a ser justamente en África en
la que pondrán los europeos los ojos para subsanar la falta de mano de obra
que se producirá en América luego del exterminio de la población nativa.
Comenzará así, un flujo incesante que durará cuatrocientos años, en el cual
millones de africanos atravesarán compulsivamente en barcos negreros el
océano Atlántico para posteriormente ser vendidos a los colonizadores de
América.
En este
trabajo voy a esbozar superficialmente -dada su complejidad- la problemática
de la esclavitud africana, dando a conocer en términos generales las
características inhumanas que implicó la trata, sus consecuencias, las formas
de resistencia que los esclavos implementaron a la misma, las causas de la
abolición y las formas de esclavitud que subsisten en la actualidad. Quiero
destacar que este trabajo es simplemente un ensayo que no pretende de ninguna
manera abarcar la complejidad de la cuestión tratada; simplemente pretendo
aportar un granito de arena a la toma de conciencia de una problemática que
lejos de haber terminado con los decretos abolicionistas continúa en nuestros
días.
La
trata negrera
La
exploración de las costas de África, el descubrimiento de América en el siglo
XV y su colonización en los tres siglos siguientes, impulsó de forma
considerable el comercio de esclavos.
Los
conquistadores españoles y portugueses, en un primer momento utilizaron a los
indígenas para cultivar las grandes plantaciones y trabajar en las minas,
pero con el paso del tiempo, estos "bienes inagotables" terminaron
agotándose debido a las durísimas condiciones de trabajo, a la miserable
alimentación, a las deficientes condiciones de higiene, a los durísimos castigos,
a la falta de inmunidad contra las enfermedades europeas, en una palabra, a
las duras condiciones de vida a la que eran sometidos. El derrumbe de las
poblaciones indígenas (total en las Antillas y parcial en el continente
americano) provocó el aumento del número de esclavos, la relación era
directamente proporcional: cuantos más esclavos morían, más se necesitaban.
Al ser millones los nativos que murieron a causa de la rudeza de los
trabajos, se optó por importar a las colonias españolas y portuguesas -a partir
del siglo XVI- esclavos africanos creyendo que podrían soportar mejor el
trabajo forzado: suposición errada y nuevamente desastrosa para los hombres
elegidos.
El
tráfico negrero se realizaba a través de factorías que rodeaban el continente
africano. En un primer momento eran los piratas, comerciantes y navegantes
particulares quienes se dedicaban a esa actividad, pero a partir del siglo
XVII comenzó a ser ejercido por las grandes compañías. Estas se encargaron
también de la instalación de factorías y la construcción de fuertes y bodegas
para almacenar a los esclavos. Hay que destacar que el monopolio que
intentaba imponer la compañía no excluía la presencia de otros sujetos
implicados en la trata. Por ejemplo, en el caso de Portugal, el tráfico
continuó llevándose a cabo por negreros particulares -especialmente a partir
del Siglo XVII- cuando las relaciones entre las posesiones de África y el
Brasil comenzaron a ser directas debido a la interferencia en el Atlántico de
otras potencias traficantes de esclavos.
Debemos
distinguir entre la trata oriental y la occidental. En rasgos generales, la
trata oriental abarcaba a un grupo reducido de esclavos, mientras que la
trata occidental era altamente superior en cifras y se llevaba a cabo con
medios mucho más poderosos. Esta última se centraba principalmente en la
obtención de "bienes de producción", por esto, se exportaban en su
mayoría hombres vigorosos y una minoría de mujeres de edad adulta. La trata
oriental, en cambio, estaba orientada a la consecución de "bienes de
consumo", en su mayoría niños y mujeres para servidumbre doméstica, para
engrosar los harenes, etc.; los hombres solían ser utilizados como
mercenarios o bien como guardias de palacio. El trabajo de esclavos negros en
las plantaciones sólo comenzará a darse tardíamente.
En la
costa occidental de África el tráfico trasatlántico de esclavos comenzó en el
siglo XV, más concretamente en el año 1441 con el tráfico de los primeros
esclavos africanos llevado a cabo por los portugueses. Los futuros esclavos
eran capturados generalmente por otros africanos y transportados a la costa
occidental de África. España, al poco tiempo, imitó esta práctica aunque
durante más de un siglo Portugal siguió monopolizando el comercio. A finales
del siglo XVI, el Reino Unido empezó a competir por el derecho a abastecer de
esclavos a las colonias ultramarinas detentado hasta entonces por Portugal,
Francia, Holanda y Dinamarca. En este momento, los ingleses que llegaron con
retrazo a la carrera, comienzan a dominar los mares, adjudicándose el
liderazgo en el comercio negrero: el primer cargamento fue transportado en
1562. En 1713, la British South Sea Company consiguió el derecho exclusivo de
suministro de esclavos a las colonias transoceánicas.[ii] La trata continuará siendo legal hasta
finales del siglo XIX, con grandes diferencias temporales en los diferentes
países.
A
través de la costa oriental africana, ya durante el siglo XV, los comerciantes
árabes enviaban esclavos de África central a los mercados de Arabia, Irán y
la India. Ahora bien, el tráfico de esclavos realizado por europeos, llegó
más tarde que a la costa occidental. Fue a partir de 1645 que los traficantes
y comerciantes portugueses comenzaron a capturar y exportar esclavos de
Mozambique debido a la ocupación realizada por los holandeses, en agosto de
1641, de Angola y Benguela, dominadas hasta entonces por los portugueses. El
tráfico se intensificó a partir de la segunda mitad del Siglo XVIII. Ya antes
de ese siglo habían salido esclavos de Mozambique, pero en ningún caso el
número fue tan elevado y alarmante como desde el Siglo XVIII en adelante. A
partir de los primeros años del Siglo XIX, las relaciones comerciales con el exterior
pasaron a depender casi exclusivamente de la exportación de esclavos. De
todos los puertos de Mozambique se exportaban cautivos para las islas
francesas del Indico, América, Arabia, Golfo Pérsico, India y Goa. A partir
de 1830, los árabes fueron los principales traficantes de esclavos. Muchas
embarcaciones árabes, desde diferentes puertos de Mozambique trasportaron
gran número de esclavos para las islas Comores y Madagascar, entre otras
regiones. La ciudad de Zanzíbar a partir de 1839 se convirtió en un verdadero
centro del tráfico de esclavos en la costa oriental de África.[iii] A partir de 1854, el tráfico de esclavos
para las islas francesas pasó a llamarse "exportación de trabajadores
libres". Esto se debió a la prohibición del tráfico y al control de los
ingleses en el Indico.
En
términos generales, en África los esclavos eran trocados por productos
europeos, en general de calidad mediocre y de escaso valor, como tejidos,
bebidas alcohólicas, espejos, armas, collares, etc. Una vez llegados a
América también continuaba el trueque, en general eran cambiados por tabaco,
algodón, madera, café, oro, plata, y otros minerales preciosos.
La
trata se desarrollaba según un esquema rutinario: los futuros esclavos eran
capturados en el interior o a lo largo de la costa, actividad que
desencadenaba verdaderas guerras que dejaban como saldo infinidad de heridos
y muertos, pero casi siempre un saldo "preciado": los esclavos. Estos,
una vez encadenados, eran trasladados a pie hasta los barracones -se
encontraran donde se encontraran- con todo el esfuerzo físico que implicaba
sobre todo para los heridos -por no hablar de los niños.
Estos sitios eran
sucios, pestilentes, el agua potable escaseaba, y el calor ahogaba. Obligados
a convivir con las enfermedades, el maltrato, la sed, el hambre y la
aglomeración se veían diezmados poco a poco. Dentro de esas estructuras se
llevaba a cabo una de las actividades repugnantes de la trata: la separación
de padres de hijos, de hermanos, esposos, amigos, parientes o vecinos, de
acuerdo con la elección que llevara a cabo el comerciante. En estos lugares
esperaban semanas o incluso meses hasta que el barco pasara a recogerlos, y
una vez a bordo debían permanecer en las costas africanas hasta que el
cargamento se completara.
En el barco las condiciones eran incalificables, el
hacinamiento, el hambre, la suciedad, la pestilencia, el calor sofocante, la
tortura, el dolor y el pánico lo inundaba todo. Como la travesía duraba dos
meses -en el mejor de los casos- la mortandad que se producía bajo esas
condiciones era inmensa. Sumado a estos tormentos, antes de la llegada, los
enfermos o heridos, que corrían el riesgo de no poder venderse, eran lanzados
al mar.[iv] Una vez llegados a destino los esclavos
solían ser cebados o incluso drogados para que lucieran saludables, eran
sometidos nuevamente a un examen anatómico pormenorizado y luego, eran
comprados por algún plantador o minero ávido de explotarlos. Su calvario
comenzaba un nuevo capítulo. En las plantaciones o en las minas, el hambre,
la falta de sueño, las condiciones de trabajo inhumanas y los malos tratos,
terminaban por agotar el vigor del esclavo, y una vez sin fuerzas, el amo
prefería comprar uno nuevo que cuidar de su esclavo enfermo. El círculo
mortal comenzaba de nuevo su curso...Ahora se llega de esta manera y por cuenta propia:
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