¿ES PERTINENTE EL CONCEPTO AFRODESCENDIENTE PARA DENOMINAR A LA POBLACIÓN NEGRA VENEZOLANA?
EL CONCEPTO
AFRODESCENDIENTE NO TIENE
CONSISTENCIA EPISTEMOLOGICA
Juan Veroes
Leamos que nos
dice uno de sus
defensores: César Quintero Quijada:
“La
República Bolivariana de Venezuela ya dio el primer paso al darle
reconocimiento a los pueblos indígenas, ahora lo hará con los afrodescendientes
en el sentido de darle el reconocimiento a quienes han aportado
sustantivamente, contribuyendo a lo que hoy es nuestra afrovenezolanidad, sin
divorciarnos de los otros componentes que conforman nuestra identidad nacional.”
No se puede
hacer una comparación entre los Pueblos Indígenas
Originarios y los Negros descendientes de
esclavos traídos como mercancías
a las haciendas y minas
que aquí tenían los
españoles. A los primeros se les
expropió algo que ellos tenían; a
los segundos nunca se les reconoció
que tuvieran nada. Así que para reconocerle algo a
alguien, tiene primero que reconocérsele que
ese alguien tenía algo
que se le
quitó.
Los Negros y
Negras no pueden haber aportado
nada a una “afrovenezolanidad”
inexistente como tal, pues ellos tuvieron
que adaptarse y
adoptar a una “hispanidad”
e “aborigenidad” que si existían. No hacerlo era perecer. El
hecho de que se les haya permitido conservar algunas manifestaciones culturales, heredadas genéticamente, es porque
esas costumbres eran mal vistas
y rechazadas por los otros grupos humanos que necesitaban potenciar sus respectivas identidades o
porque permitir su
existencia los hacia más productivos en función de los intereses del
esclavizador.
“Los afrodescendientes, afroamericanos, afrovenezolanos,
afrocaraqueños (en mi caso nací en la calle África, de La Cañada hoy parroquia
23 de enero) o como se le quiera denominar, en principio no es una invención de
moda sino más bien el rescate de algunos esfuerzos aislados de hombres como el
mexicano Gonzalo Aguirre Beltrán, el venezolano Juan Pablo Sojo de Curiepe, el
también barloventeño Jesús "Chucho" García y otros, cada uno en su
contexto”.
Colocar el “afro”
para distinguir a los Negros
y Negras, nos obligaría a
color el “euro” a los Blancos, el “indo”
a los Indios, el “asiático” a la población originaria China y
demás pueblos que
habitan en nuestro
país y han echado raíces en
nuestro suelo. Abrogarse el término “Afro” para un solo sector
de nuestra población,
cuando todos tenemos un
origen común africano,
es discriminatorio.
“Valga la pena decir que
independientemente como llamemos a quienes tenemos la piel oscura y algunos
rasgos muy particulares, el concepto de país no se pierde cuando añadimos el
prefijo <> pues sabemos se encuentra disperso en todo el planeta más
aún cuando pensamos el asunto en términos del origen de la especie humana”.
Si es necesario distinguir
a la gente por el
color de su piel, entonces el
Negro es Negro; el Blanco es
Blanco y el Amarillo
es Amarillo. Si
eso no es
necesario, entonces no
se debe denominar a unos y
a otros nó.
“No ha sido fácil
convencer algunas personas concernidas en la discusión del término
afrodescendiente o expresión equivalente donde antepongamos lo afro, como en la
afroepistemología, sin embargo viendo el asunto del otro lado de nuestras
fronteras marítimas al sur del océano Atlántico, en las nuevas relaciones
diplomáticas iniciadas con este continente africano, es sorprendente e
incomprensible que muchos africanos no sepan que han dejado una enorme herencia
cultural que hemos incorporado con orgullo, lo cual hace a los afrovenezolanos
tomar interés en lo que también se ha venido ocultando durante siglos y hoy se
transforma lamentablemente en un estigma que se nos presenta asociado a la
pobreza que efectivamente ha dejado el colonialismo, en lo salvaje y lo
exótico, para ver como los presentan ante la opinión pública mundial.”
Sepa el
amigo César Quijada, que no va ser fácil
convencernos de que nos dejemos
encajar el término
“afrodescendiente”, aun cuando
nosotros los actuales
Negros y Negras
venezolanos hayamos descubierto,
gracias al trabajo
diplomático impulsado por
el Comandante Eterno, que los
Negros de acá
tengamos algunas costumbres parecidas o
similares a los de allá. Así que
no se sorprenda que
ellos “no sepan que han dejado una
enorme herencia cultural”,
pues nosotros, los que sus antepasados secuestraron y entregaron como mercancía a
los barcos negreros europeos, no queremos
recordar ni recrear ese pasado
ignominioso.
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